Zuriñe Lafón,
@zurinelafont.
Escondida tras su mac, Clara Montagut se muestra extrovertida e interesante, con ese toque además tan especial que tienen las mujeres pelirrojas. Es la diseñadora de Esquire, revista que siente como suya, y trae un montón de ejemplares para que podamos verlos y olerlos. También pruebas de impresión, como muestra del trabajo que tienen detrás. Ella es Clara, una mujer al mando artístico de una revista para hombres.
¿Quién es el comprador de Esquire?
Diría que Esquire es una revista para el hombre que se ríe de sí mismo con cariño e inteligencia.
Háblanos del hombre que tiene el privilegio de salir en portada de Esquire, ¿cómo es?
No es un tío guapo, es un tío majo. Brat Pitt es el hombre más guapo del mundo, pero no sale por eso, sino porque cae bien a los tíos, que son quienes compran la revista. Mi jefe tiene un criterio: me lo llevaría a tomar un café, igual hasta de copas.
¿Hay algún tipo de hombre de portada que guste más?
Solo tenemos cinco años de vida, es complicado estudiarlo estadísticamente y conectar ventas con personaje de portada. Sólo sabemos que la mejor publicidad es la portada, la gente se la compra por la foto. Quizá, por mayoría… son actores, porque conectan muy bien con el lector, son reconocibles.
Cuéntanos cómo es la elección de esas fotografías de portada tan impresionantes.
No seguimos un criterio de actualidad. Yo tengo una carpeta en mi ordenador con fotos que me gustan, son fotos que están destinadas a hacer nuestra portada. Son fotografías que nos seducen y que en algún momento de la historia las usaremos. Y de vez en cuando nos acordamos de una. No es un criterio de actualidad, pero quizá si aprovechamos un estreno de una película para que aparezca uno de los actores. O, por ejemplo, es su cumpleaños y nos acordamos, y aprovechamos la ocasión. Pero es una fotografía que ya nos había seducido antes.
Siempre primeros planos con mucha fuerza…
El lenguaje de retrato en primera persona es un lenguaje muy Esquire, tanto en la cover como en el interior. La portada siempre se suele diseñar al final, cuando la revista está terminada, pero nosotros no. La hacemos al principio porque nuestra filosofía es: busca una fotografía y a partir de ahí construye un número entero. El lenguaje de las portadas de Esquire es un hombre mirándote y contándote cosas. Es más, la portada la ve toda la redacción en el momento en el que se hace. Yo trabajo al fondo de la mesa de la redacción, todos ven cómo la hago y quién aparece. No es como la portada del Hola, que es medio secreto. Aquí todo el mundo tiene en la cabeza el persona sobre la que hablamos este mes.
El lenguaje de las portadas de Esquire es un hombre mirándote y contándote cosas.
Vimos hace unos números una página donde os presentabais las mujeres que trabajáis en la revista, ¿hay muy buen rollo entre vosotros?
Somos una pequeña familia, un poco secta también. Los viernes nos vamos a tomar algo. Trabajamos en un sitio pequeño y eso influye. Hay confianza. Yo tengo una niña de seis años y, como es lógico, ella se pone enferma. Pues ese día trabajo desde mi casa, no pasa nada. Soy cansa con el teléfono, el mail y el Whatsup. Nadie controla los horarios de entrada y salida, porque no importa si tu trabajo está hecho y bien hecho. Si tú respetas a la gente no hay problema, porque entonces tu gente responde.
Esquire es una revista que comunica mucho con su diseño, ¿cómo se consigue?
Hay que aprender a leer antes que a maquetar. Yo me leo el texto antes, sino sería muy peligroso. Yo puedo hacer algo muy bonito y de repente me leo el texto después y va sobre política exterior. Entonces estaría aportando cero. Será muy bonito pero los diseñadores trabajamos en una redacción redacción. Yo vengo de Bellas Artes, no de Periodismo, y aún así sé que el diseño cuenta cosas. ¿Qué es el diseño gráfico? Informar desde la gráfica. Si no, es una publicidad al lado de un texto, no estás comunicando nada.
¿Qué es el diseño gráfico? Informar desde la gráfica. Si no, es una publicidad al lado de un texto, no estás comunicando nada.
¿Cómo hacéis para que la publicación esté tan viva?
Hacemos un rediseño todos los años, no de concepto pero si de formato. Se presenta en octubre así que me paso el verano preparando el rediseño. Son retos, te obligas a rehacer todo para que la revista siga estando viva. Es difícil pero no es imposible.
Siempre hacéis un guiño jugando con el código de barras, ¿lo haces tú?
Sí, y me encanta hacerlo, es mi recreo mensual. Además no dejo que nadie opine y la hago yo sola. Ese pequeño guiño tiene que ver con el personaje, no es insignificante. La foto de portada es la cara A del personaje, y el guiño es la cara B. Un guiño al que lo pille, el que no lo pille tampoco pasa nada. Alguna vez preguntamos en la web si se sabe, y más de los que pensábamos saben a qué viene.
Hay que cuidarlo todo mucho…
Hacemos pruebas y más pruebas de color. Tú haces tu trabajo en un ordenador y es fantástico, y el Mac brilla mucho pero, una portada no y tienes que recordarlo al diseñarla.
Entonces hay que controlar mucho la técnica
Tienes que conocer el tipo de máquina con la que trabajas, cómo calibra el color… La nuestra, por ejemplo, es una máquina alemana que sube los negros, así que tengo que tener en cuenta cosas como que la piel de la gente tiene que ser más clara. Son las típicas cosas que las aprendes con los años de trabajo. Más ejemplos: conocer a la persona que se encarga de la impresión. Si son tres que hacen turnos diferentes, hay que conocer a los tres, porque no siempre puedo ir a la imprenta. Conocer a la gente es importante para tener confianza, llamar y decir: si tienes problemas, dime. Por ejemplo, la portada lleva un barniz que queda precioso pero tarda muchísimo en secar, y hay un calendario, hay que ver si merece la pena y da tiempo. Cuando todo el mundo se va a su casa pensando en el siguiente número, yo sigo haciendo malabares con la portada. Y así con todas las páginas: es algo que que marca la diferencia de nuestra revista, que todas las páginas están hechas con muchísimo cariño.
Cuando todo el mundo se va a su casa pensando en el siguiente número, yo sigo haciendo malabares con la portada. Y así con todas las páginas: es algo que que marca la diferencia de nuestra revista, que todas las páginas están hechas con muchísimo cariño.
El diseño no es solo digital…
Un consejo: escribe con lo que tengas a mano. Te sorprenderías de todo lo que puedo tener en el cajón: acuarelas, agujas de coser… Un día tenía un trozo de tela vaquera, así que recortamos tipografías para componer el titulo de un reportaje que trataba sobre los vaqueros. El diseño no puede estar supeditado a una pantalla, y no pasa nada porque tenemos manos que sirven para algo más que teclar, hay que hacer cosas locas. Aquí es donde el departamento de arte cobra su magia. Afilamos los lápices y las tijeras. Hacemos muchos trabajos manuales, nos gusta que la revista tenga un componente más humano.
Ahora que estamos doble crisis, económica y del papel, la publicidad que da dinero es importante, ¿limita mucho el diseño?
Cuando nos reunimos para hacer el primer planillo, se genera el primer borrador. La publicidad, la verdad, marca bastante. La de pago va en la par, porque es la que más se ve. Y toda la publicidad va en el primer tercio, excepto casos concretos que te piden particularmente un sitio exacto. Yo eso ya lo tengo en el planillo, pero aún así el departamento de comercial me lo recuerda todos los días: cuidado y acuérdate que en la página tal va esa publicidad. Hay algunas que son inamovibles porque ya han pagado, pero si compiten las dos páginas hay que pensarlo. Son un problema esos casos porque ni yo te estoy dando importancia como publicidad, ni el lector puede leer la información bien, que para eso se compra la revista. A veces hay peleas y hay veces que no queda otra.
Aquí es donde el departamento de arte cobra su magia. Afilamos los lápices y las tijeras. Hacemos muchos trabajos manuales, nos gusta que la revista tenga un componente más humano.
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Fotografía:
blog.mercedes-benz.es