JotDown y el rediseño inverso: cómo pasar de la web al papel sin morir en el intento

El pasado junio, la revista digital JotDown se mostraba en los escaparates de algunas de las librerías y tiendas seleccionadas una por una a lo largo de todo el país. No todos pueden venderla, solo los afortunados. Y no todos pueden comprarla, sólo aquellos con ganas de gastarse 15 euros en un ejemplar y leerse más de 300 páginas sin publicidad. Era el extraño caso de la revista digital que hizo su rediseño a papel.

Nunca había sido un secreto, ya desde su nacimiento, los creadores de JotDown lo dijeron alto y claro: “Jot Down Magazine es una revista que pretendía arrancar desde los quioscos, pero uno de esos expertos con bigote al que consultamos nos convenció de que no era buena idea teniendo en cuenta los tiempos que corren y, sobre todo, nuestra nula experiencia en el sector”. Y así nació JotDown.es. Un año después, el ejemplar en papel salía al mundo real. Parecía el mundo al revés: un proyecto digital se hacía papel. Y entonces nos acordamos de la tarea del diseñador gráfico: ¿cómo hacer algo así sin morir en el intento?

1. No es una revista, es un libro
Más de 300 páginas sin interrupción ni anuncios. Ni siquiera presenta secciones, aunque la web las tenga (Ocio, Artes y Letras, Música, Deportes, Cine…). JotDown en papel es una compilación de textos, de largos textos, para una lectura pausada y con tiempo. No es una revista: es un libro. Toda una apuesta. Mientras las redacciones de revistas semanales, dominicales, revistas de moda, de cultura, incluso periódicos y demás publicaciones se destrozan la cabeza pensando en soluciones para el lector “de la era digital”, aquel que necesita textos cortos y mucho contenido, JotDown apuesta por todo lo contrario. Una decisión valiente.

jotdown en papel

2.  Una filosofía de lo lento
Contaba su subdirector Ricardo J. González en una entrevista que su publicación se basaba en una filosofía de lo lento. Y eso está presente tanto en la web como en el papel, pues el diseñador lo ha sabido trasladar muy bien. A nadie se le ocurriría leer JotDown cuando tiene prisa, cuando le quedan diez minutos para irse o cuando espera al metro o al autobús. Su lectura está pensada para el lector con tiempo, que está dispuesto a dedicar sus minutos sin pena a perderlos. Y eso han sido capaces de trasmitirlo desde las propias fotografías de portada e interiores de los artículos. Gente con una filosofía de lo lento. Aquí está prohibido estresarse.

3. Espíritu en blanco y negro
Era lo primero que extrañaba al lector de la edición digital: ¿Una página web en blanco y negro? ¡Menuda tontería! Pero no lo pareció ser tanto después. En la versión en papel, siguieron con el mismo espíritu, el color no tiene cabida en ninguna de las más de 300 páginas. Los propios creadores tienen una respuesta: “Es como una película en la que aparecen personajes actuales, nuestros entrevistados, pero con los decorados de las oficinas de El Apartamento, de Billy Wilder. El blanco y negro es temporal.Para nosotros todo forma parte del mismo ámbito cultural: ‘ponlos a todos en blanco y negro, cada lector reconocerá a los suyos’. Es el Nueva York de Sinatra, la Roma de La dolce vita o la Viena de El tercer hombre; lugares por donde todo el mundo ha querido caminar alguna vez”.

4. Sin fuegos artificiales
Colores, varios titulares en la misma página, textos troceados, títulos que invaden fotografías, cambio de tipografías en un mismo reportaje… Todo intento es poco por parte de la mayoría de las revistas actuales. No es el caso de JotDown. La sencillez es la reina de todas y cada una de las páginas. Sin miedo a la pérdida de interés por parte del lector. En este sentido, la apuesta por el contenido es clara: si el texto interesa, no necesita fuegos artificiales que lo rodeen.

5. Un arriesgado cambio de tipografía
La Droid Serif, la niña mimada de muchos de los diseñadores actuales, preside el aspecto visual de la página web de JotDown.es. Parecía claro que se mantendría en el papel, sin embargo, no fue así. Fue sustituida por otra con, quizá, algo más de personalidad, que pudiera llegar la presencia de la hoja en blanco sin problemas.

6. La importancia de los detalles
En la aparente sencillez que invade las páginas, uno no tiene más que agudizar el ojo para darse cuenta de que el diseño está lleno de guiños al lector. Juegos en los titulares (como podemos ver en el ejemplo de la tipografía que se deshace ante la llama de fuego) o jugar a hacer al revés las cosas que de normal se hacen del derecho (como el pie de página, colocado verticalmente en el límite de las páginas).

7. Sin publicidad
Dijeron que su fuente de ingresos venía de la publicidad, pero parece que esta versión en papel es un capricho de los editores: ni un anuncio. ¿En qué revista puede verse hoy? Aunque ya lo hemos dicho: no es una revista, es un libro. Un libro escrito por los mejores periodistas y que habla de la actualidad, de nuestro tiempo de forma diferente a una novela.

8.  Gran apuesta por la pequeña infografía
Algo cansados ya de las infografías que invaden dobles páginas de periódicos pero no que no cuentan nada, nos encontramos en las páginas de JotDown una apuesta por la pequeña infografía debajo de algunos titulares. Pequeños juegos de lectura que amenizan el texto. Siempre, bajo el número de página, la explicación, como vemos en el siguiente ejemplo.

9. Sin miedo a la fotografía
Sin ningún miedo. De hecho, Gervasio Sánchez es quien cierra la revista, con una doble: como un texto más, un fotoperiodista llena dos páginas sin necesidad de que un periodista lo acompañe con su texto, la fotografía parece ser suficiente. Del resto de la revista, las imágenes ocupan espacio sin cuidado, aquel que necesite y requiera la fotografía.

10. Una revista para guardar
Ni qué decir tiene que a nadie se le ocurrirá tirar JotDown. Salvo excepciones, que siempre las hay, JotDown es concebida para ser guardada, para ser colocada en una estantería esperando que llegue su compañera: la edición número dos. Lo espera ella y lo esperamos todos nosotros.

Zuriñe Lafón
@zurinelafont
Imágenes tomadas y retocadas a través de Instagram

One Comment

  1. Beatriz

    ¡Qué bueno!

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