El campeón mundial de ajedrez viaja en barco. Siempre solo. No se acerca a la gente, ni a tomar una copa en el bar ni en la cubierta a la luz del sol. La gente le mira y cuchichea. En el fondo le admiran. Pero el campeón de ajedrez es en realidad tonto. Le cuesta hablar y es incapaz de imaginar movimientos de ajedrez sin el tablero delante.
Uno de los pasajeros no aguanta la curiosidad y trata de acercarse a él. Pero nada. El campeón es escurridizo. Quizá aposta, pues cualquier conversación evidencia su poco seso. Entonces, el pasajero curioso pone en práctica su plan: se sentará en el centro del salón y jugará al ajedrez a la vista de todos. Así atraerá al enigmático campeón. Y en efecto, este acude como una mosca a un pastel. El pasajero y el campeón se retan a una partida y comienza el duelo.
Doctor B. Así se llama el recién llegado. Es un amable anciano que evita, en el último momento, que el campeón gane la partida. “¡No, cuidado! ¡No haga eso!”. Doctor B. salva al pasajero curioso de una derrota segura. A partir de entonces, el anciano toma las riendas del juego. El pasajero curioso obedece sin rechistar, y sigue a rajatabla las instrucciones que Doctor B. le va dictando.
¿Quién es Doctor B.? ¿Cómo ha puesto en un aprieto al campeón mundial de ajedrez? El misterioso personaje tiene un pasado oscuro. Hace años fue víctima de la peor tortura psicológica: el aislamiento total. Encerrado en una diminuta habitación, de paredes blancas, espacios limpios; sin papel, sin tinta, sin sonidos ni nada en lo que centrar la atención. Atrapado en su mente, Doctor B. encuentra la salvación en un libro de ajedrez que roba del uniforme del guardia. Así, durante años memoriza los movimientos de las piezas y duplica su pensamiento para enfrentarse contra sí mismo. Él es, a la vez, blancas y negras. Pero no tiene ningún tablero, el juego se desarrolla en su cabeza.
Stefan Zweig termina de escribir Novela de ajedrez en 1942. Cuando teclea la última palabra, suelta un bufido. “Demasiado abstracta para el gran público. Además… es larga para una revista, pero corta para ser un libro”. Hoy es la obra más entrañable y valorada por sus lectores. Menos mal que no le gustó…
Novela de ajedrez solo tiene 96 páginas. Como todas las ficciones de Zweig, se lee fácil y rápido. ”El inesperado éxito de mis libros proviene de un vicio personal: soy un lector impaciente. Me irrita lo innecesario de una novela. Solo un libro que arrastra al lector hasta la última línea sin dejarle tomar aliento me proporciona un perfecto deleite. Nueve de cada diez libros que caen en mis manos, los encuentro sobrecargados de descripciones superfluas, diálogos extensos y figuras secundarias inútiles, que les quitan tensión”.
En plena Guerra Mundial, la tortura de Doctor B. es similar a la que los nazis infringían a sus víctimas. El propio Stefan Zweig era judío y en sus obras hay referencias al holocausto. Al ver la sombra del temido Hitler, creciendo más y más, el escritor y su mujer huyen a Sudamérica. Desde allí, contemplan impotentes cómo el nazismo se propaga por Europa. Zweig experimenta una angustia insoportable y, convencido de que Hitler conquistará el mundo, propone a su esposa que se suiciden. “Creo que es mejor finalizar en un buen momento, y de pie, una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra”, confiesa. El matrimonio redacta cartas de despedida y se suicida con una sobredosis de somníferos. Esto sucede el 22 de febrero de 1942. Tres años más tarde se produce otro suicidio: el de Adolf Hitler.
Poco antes de despedirse del mundo, Stefan Zweig escribe sobre el campeón mundial de ajedrez y su enigmático contrincante, el Doctor B. Sus cerebros libran una batalla mental y estratégica sobre el tablero de cuadros negros y blancos. Quién ganará, el anciano de mente torturada o el campeón misántropo, es una pregunta a la que no responderé.
Otras obras de este autor:
Momentos estelares de la humanidad (312 págs.)
María Antonieta (524 págs.)
Veinticuatro horas en la vida de una mujer (104 págs.)
Apuntado YA.