¿Por qué arrasan los blogs de moda?

Los blogs de moda arrasan. Pero, ¿por qué?

Dicen que The Sartorialist tiene una media de tres millones de visitas al mes. Su autor, Scott Schuman, ha dicho en reiteradas ocasiones que nunca pensó que su idea de hacer fotos a gente que desde su óptica tenía “estilo” y colgarlas en la web, se convirtiera en semejante éxito, y menos que el blog, en realidad, no fuera a ser más que un medio para la llegada de otros importantes proyectos publicitarios, tan ansiados por los fotógrafos de moda. Sí, Scott ha hecho ya numerosas e importantes campañas, gracias a la notoriedad de su blog;  Burberry y su The Art of The Trench, Levi´s y su CurveID, y en España, la del lanzamiento de Aristocrazy, son algunas de las más relevantes.

En realidad, su idea, en contra de lo que pudiera parecer, no es nueva. En el cambio del siglo XIX al XX, los primeros locos de la cámara descubrieron la fuerza de la moda para trasladar el aire de los tiempos. Las fotografías de street style de principios de siglo consagraron a fotógrafos como Lartigue o los hermanos Seeberger. El mismo Steichen incluyó entre sus descubrimientos parisinos aquellas fotografías de gente elegante y decidió experimentar también con ellas. La moda en la calle era un aspecto clave para explicar el significado de la ciudad de París.

Mujer parisina. By Lartigue

A mediados de las década de 1950, el diseñador de tocados Bill Cunningham, supo ver la fuerza que iba adquiriendo la moda entre la gente anónima de la ciudad de Nueva York, y decidió fotografiar también el fenómeno. Las fotografías, que buscaba moviéndose en bicicleta, marcaron un antes y un después en el New York Times, y hoy, a sus ochentaymuchos, sigue siendo uno de los fotógrafos más valorados de street style. Muchos dicen de él que es uno de los mejores cronistas visuales de la historia de Nueva York porque ha reflejado en sus fotografías una ingente heterogeneidad de estilos y personas que son las que dan vida y definen el espíritu cosmopolita, diverso y global de esta gran ciudad.

Bill Cunnignam, inconfundible, trabajando por las calles de NY montado en su bici

Fotografías de Bill Cunningham en The New York Times

¿Y dónde está el éxito de todos ellos? Probablemente aquellos primeros que tomaban fotografías de moda, supieron intuir lo novedoso y el interés y curiosidad que sus fotos podían suscitar. ¿Y en el siglo XXI? ¿por qué una vuelta a una práctica tan antigua en realidad? Quizás, la gente interesada en moda, consumidora de Vogues, Harper´s y Elles, esté cansada de unos reportajes con los que se identifica cada vez menos. ¿Demasiada exuberancia y sofisticación?, ¿esa sensación de que en realidad la ropa no se ve bien?, ¿mujeres físicamente inalcanzables?

A lo mejor lo que Scott Schuman ha conseguido es identificar a la gente anónima que sale en sus fotos, con las personas que todos los días visitan su blog. Imágenes donde quizás haya una aproximación más neutra a la indumentaria, retratos de gente no tan pluscuamperfecta en comparación a las y los modelos que copan las páginas de las revistas, fotos que hablan de modos de ser a través de un polo de rayas o unos loafers usadísimos, como los que cualquiera podemos tener olvidados en el armario.

Scott Schuman a la caza de alguien a quien fotografiar

En realidad su blog se ha convertido en una especie de lupa de aumento de los detalles, tan importantes en el acto de vestirse; en un pozo de ideas donde puede cultivarse la creatividad para acertar cada día en el aspecto externo. Además, The Sartorialist es una aproximación realista a las posibilidades de vestir lo mismo de infinitas maneras. Muchos dicen que Zara ha uniformizado la moda. Scott Schumman demuestra que la uniformización es una cuestión de actitud. Que el mismo vestido puede ser el opuesto, con taconazo o Converse, y que en ambos casos puede haber un estilo enorme. El de la persona que pone la dosis suficiente de ilusión para trasladar que ella no es del montón. Eso es lo que él y todos sus antecesores en el arte del street style supieron captar: la diferencia entre los que tienen la actitud de los que no la tienen.

The Sartorialist

 

The Sartorialist

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